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BELLOS, VELLUDOS, VELLUDITOS…LOS ÁCAROS DE TERCIOPELO

ARAC'NOTA # 49


Probablemente algunos de ustedes han visto fotografías o incluso han tenido la suerte de ver caminando por los bosques o desiertos, a unos ácaros grandes, de color llamativo y con apariencia aterciopelada (Figura 1). Pues bien, se trata de ácaros de la familia Trombidiidae y en esta ocasión les platicaremos un poco de lo que se conoce sobre su biología.


Trombidiidae es una familia de amplia distribución geográfica en la cual se agrupan aproximadamente 190 especies en 22 géneros. Al igual que todos los miembros de la Cohorte Parasitengonina, dentro de la cual se clasifica esta familia, las especies presentan un ciclo de vida muy particular en el cual se alternan estadios activos e inactivos: huevo, prelarva inactiva, larva activa, protoninfa inactiva, deutoninfa activa, tritoninfa inactiva y adultos activos. Los estadios inactivos no se alimentan ni se mueven.


Figura 1. Dinothrombium sp. de Oaxaca, México. Fotografía: Ricardo Paredes-León.


Las deutoninfas y adultos son ácaros grandes, regularmente de color rojo brillante y cubiertos de gran cantidad de sedas, lo que les da esa apariencia aterciopelada (Figura 2). Son depredadores activos de pequeños invertebrados, mientras que sus larvas son parásitas de muchos insectos y arácnidos. No hay que confundir a los Trombidiidae con sus primos los Trombiculidae, pues estos últimos tienen larvas que son parásitas principalmente de vertebrados y son conocidos como “chiggers” en Estados Unidos o tlalzahuates en México. Las larvas de los Trombidiidae son potenciales controladores biológicos, ya que algunas especies se alimentan de insectos de importancia médica, veterinaria y agrícola, incluyendo mosquitos, gusanos barrenadores y pulgones.


Figura 2. Dinothrombium sp. de Puebla, México. Escala inferior en centímetros. Fotografía: Ricardo Paredes-León.


El género Dinothrombium Oudemans, 1910 incluye a las especies de ácaros con los colores más llamativos y de mayor tamaño, como por ejemplo la especie africana Dinothrombium tictorum (Linnaeus, 1767) que en algunos casos alcanza hasta 16 mm de longitud. En México, las especies de ácaros de terciopelo prácticamente no han sido estudiadas y solo se han contabilizado 4 especies de Dinothrombium (Figura 3). Esto a pesar de que los adultos son muy vistosos y abundantes sobre todo en temporadas lluviosas ya sea sobre rocas o suelos de bosques, matorrales y desiertos. Las deutoninfas y adultos de la especie Dinothrombium pandorae (Newell and Tevis, 1960), que se distribuye en México y Estados Unidos, pasan la mayor parte del tiempo enterradas en el suelo desértico y emergen solo después de lluvias significativas. En Estados Unidos, se han documentado emergencias masivas de D. pandorae de hasta 50 individuos por metro cuadrado, cubriendo grandes extensiones desérticas.


Figura 3. Dinothrombium sp. de Guerrero, México. Escala inferior en centímetros. Ejemplar decolorado por el paso del tiempo y su preservación en etanol. Fotografía: Ricardo Paredes-León.

Recientemente se ha analizado el genoma de Dinothrombium tictorium y entre los hallazgos más interesantes se encontró evidencia de una antigua transferencia horizontal de genes a partir de hongos o bacterias del suelo. Estos genes transferidos confieren funciones raras en animales, incluyendo la síntesis de carotenoides y terpenos. Recordemos que los carotenoides están involucrados en la coloración y como podemos ver, estos ácaros son muy llamativos por lo que se consideran organismos aposemáticos (Figura 4), es decir su coloración le advierte a sus depredadores que tienen un mal sabor. Estos ácaros tienen pocos depredadores naturales pues en condiciones de laboratorio se ha registrado que son regurgitados rápidamente en cuanto se ofrecen a depredadores. En cuanto a los terpenos, son sustancias aromáticas que están involucradas en la defensa o en la atracción. De hecho, una pregunta a responder a partir del estudio de este genoma es conocer si estos terpenos han evolucionado para atraer a sus congéneres o por el contrario para repeler a sus depredadores, parasitoides o competidores.


Figura 4. Dinothrombium sp. de Chihuahua, México. Fotografía: Jonathan Arreguín.


Esperemos que la próxima vez que observes a los ácaros de terciopelo recuerdes lo importantes que son en su ecosistema y el gran potencial que tienen como controladores naturales de plagas de insectos. Ojalá que muy pronto los especialistas se interesen en conocer la diversidad de esta interesante acarofauna en México, pues además como dice aquella guapachosa cumbia: ¡son bellos, velludos, velluditos!


LITERATURA PARA PROFUNDIZAR EN EL TEMA:

- Dong, X. K. Chaisiri, D. Xia, S. D. Armstrong, Y. Fang, M. J. Donnelly, T. Kadowaki, J. W. McGarry, A. C. Darby & B. L. Makepeace. 2018. Genomes of trombidid mites reveal novel predicted allergens and laterally tranferred genes associated with secondary metabolism. GigaScience, 7: 1-33.

- Krantz, G. W. & D. E. Walter (eds.). 2009. A manual of Acarology. Third edition. Texas Tech

University Press, Lubbok, Texas. 807 p.

- Mąkol, J. 2007. Generic level review and phylogeny of Trombidiidae and Podothrombiidae (Acari: Actinotrichida: Trombidioidea) of the World. Annales Zoologici (Warszawa), 57 (1): 1-194.

- Tevis, L., Jr. & I. M. Newell. 1962. Studies on the biology and seasonal cycle of the giant red velvet mite, Dinothrombium pandorae (Acari, Trombidiidae). Ecology, 43: 497-505.


©Arácnidos

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