EL DIARIO DE UN ESCORPIÓN: ¿POR QUÉ NOS INTERESAN SUS CICLOS DE VIDA?
ARAC'NOTA EXTRAORDINARIA # 03
Desde la antigüedad los escorpiones nos han intrigado debido a su aspecto físico, nos han causado miedo o incluso admiración. Pero, ¿realmente son peligrosos?, ¿se trata de especies invasoras? o ¿debería cuidarme de ellos? Estas son algunas cuestiones que quizá en cierto momento te hayan inquietado y es que, la verdad sea dicha, los escorpiones son prácticamente el grupo de arácnidos menos popular y uno de los más afectados debido en gran parte a la desinformación y mitos que los rodean.
Los escorpiones son depredadores efectivos en cualquier ambiente, ya sea un bosque, un matorral o un desierto, ya que controlan poblaciones tanto de insectos (cucarachas, grillos, etc.) como de arácnidos (arañas u otros escorpiones) y además fungen como alimento para diversos organismos. Son relativamente longevos, pueden resistir la radiación o tolerar ayunos prolongados y son llamativos entre los artrópodos terrestres (Lourenco, 2018). Por estos y otros aspectos es que a los biólogos nos interesa obtener el mayor número de datos con relación a su ciclo de vida.
Cabe destacar que los estudios sobre las historias de vida de los escorpiones se enfrentan a varias dificultades. En primer lugar, el ser organismos relativamente longevos en comparación con otros artrópodos terrestres, como por ejemplo Hadogenes troglodytes (Peters, 1861) o escorpión plano de roca cuya vida puede extenderse ¡más de 20 años! (Bullington, 1996). Imaginemos cuanto tiempo necesitaría durar un estudio para caracterizar todo el ciclo de vida del bicho ¡toda una hazaña! En segundo lugar, otro factor a considerar es la mortalidad, dado que los escorpiones pueden ser muy difíciles de criar en el laboratorio y a menudo sufren una alta mortalidad durante la muda (Francke y Sissom, 1984). Esto es de vital importancia, pues con base en las observaciones de ejemplares vivos o de la muda podemos determinar factores como crecimiento, sexo, coloración, dimorfismo sexual, etc. (Figura 1).
Figura 1. Megacormus gertschi hembra (izquierda) y macho (derecha). Nótese la diferencia de tamaño entre sexos. Fotografía tomada por I. Salgado (2017).
Sin embargo, los estudios pueden “facilitarse” adoptando ciertas estrategias como por ejemplo: realizar muestreos constantes en su ambiente natural, capturar ejemplares en diversas etapas de desarrollo y/o recolectar hembras grávidas (Figura 2), por mencionar algunas. Todo esto con el fin de tener un gran número de organismos de donde podamos realizar observaciones del ciclo de vida. Pero, ¿cómo podemos obtener dicha información?, y más importante ¿de qué nos sirve? Pues bien, los estudios se realizan con ejemplares obtenidos al muestrear localidades bien identificadas; lo adecuado es mantenerlos en el laboratorio en condiciones lo más parecidas a las de su hábitat natural con la finalidad de evitar los decesos y a su vez la pérdida de información.
Figura 2. Hembra adulta de Megacormus gertschi con crías recién nacidas en su hábitat natural. Fotografía tomada por J. Q. Arreguín V. (2018).
Ahí es donde comienza la captura de datos: tasa de crecimiento (Figura 3), tiempo necesario para la madurez sexual, comportamiento sexual y reproductivo, entre otros. Los datos son llevados a una base general que con ayuda de análisis estadísticos nos muestra los patrones que ocurren en el organismo. Con base en los datos obtenidos podemos responder diversas cuestiones: ¿cuánto tarda en crecer?, ¿cómo se lleva a cabo el apareamiento? y ¿cómo diferenciar a machos y hembras? De igual manera, esta información nos ayuda a elaborar conjeturas sobre: ¿qué estación anual sería ideal para realizar una recolecta?, ¿en qué meses encontraré hembras grávidas? o ¿cuándo es la época de apareamiento para la especie en cuestión?
Figura 3. Diferentes exuvias que muestran el desarrollo de un ejemplar de Megacormus gertschi a través de los diversos estadios que presenta la especie. Fotografía tomada por I. Salgado (2018).
La información puede aplicarse de diferentes maneras, por ejemplo: a partir de un alacrán de importancia en salud pública, podríamos establecer en qué estación del año es más probable encontrar alguno y qué condiciones favorecen su presencia. De esta manera, contaríamos con información adicional para orientar a la población sobre cómo minimizar la presencia de estos organismos en las casas o sitios de trabajo y así evitar o controlar las condiciones favorables para el desarrollo de ese organismo.
Y te estarás preguntando, qué pasa con los escorpiones que no representan un peligro para los humanos ¿acaso no son estudiados? ¡Claro que sí!, y la respuesta quizá es obvia pues ellos también tienen un valor ecológico, forman parte de la cadena alimenticia y contribuyen al equilibrio de la energía en el ecosistema. Así que, al identificar los aspectos de su ciclo de vida podemos advertir a la población sobre su baja o incluso nula peligrosidad y qué tan probable es encontrarse alguno.
Parte de la biología incluye entender, conocer y aprender de las diferentes formas de vida, así pues el estudio de un ciclo de vida representa una mirada “íntima” al desarrollo, hábitos, comportamientos y distribución de los organismos. De esta manera ayudamos a desmitificar los rumores existentes en torno a los organismos poco queridos en general y de los alacranes en particular. Todo encaminado a un objetivo mayor: respetar al animal, a su hábitat, entender su papel y contribución en el ecosistema para dejar de verlo como un enemigo al que debemos erradicar.
BIBLIOGRAFÍA CITADA.
- Bullington, S. W. 1996. Natural history and captive care of the flat rock scorpion Hadogenes troglodytes. Vivarium, 7 (5): 18-21.
- Francke, O. y D. Sissom. 1984. Comparative review of the methods used to determine the number of molts to maturity in scorpions (arachnida), with analysis the post-birth development of Vaejovis coahuilae Williams (Vaejovidae). The Journal of Arachnology, 12: 1-20.
- Lourenco, W. 2018. Scorpions and life-history strategies: from evolutionary dynamics toward the scorpionism problem. Journal Animals Venoms and Toxins including Tropical Diseases, 24: 19.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA.
- Benton, T. G. 1991. The life history of Euscorpius flavicaudis (Scorpiones, Chactidae). The Journal of Arachnology, 19: 105–110.
- Fet, V. y M. Soleglad. 2002. Morphology analysis supports presence of more than one species in the “Euscorpius carpathicus” complex (Scorpiones: Euscorpiidae). Euscorpius, Occasional Publications in Scorpiology, 3.
- Fet, V. y M. Soleglad. 2003. High-level systematics and phylogeny of the extant scorpions (Scorpiones: Orthosterni). Euscorpius, Occasional Publications in Scorpiology, 11.
- Francke, O. F. 1976. Observations on the life history of Uroctonus mordax Thorell (Scorpionida, Vaejovidae). Bulletin of the British Arachnological Society, 3 (9): 254-260.
- Francke, O. F. 1979. Observations on the reproductive biology and life history of Megacormus gertschi Diaz (Scorpiones, Chactidae, Megacorminae). The Journal of Arachnology, 7 (3): 223-230.
- González, E. y P. Alvarez. The male of Megacormus granosus (Gervais, 1844) with comments on its hemispermatophore (Scorpiones, Euscorpiidae). Zookeys, 504: 75-91.
- González, E., J. M. González y L. A. Escobedo. 2017. A new species of Megacormus (Scorpiones, Euscorpiidae) from an oak-pine forest in Guanajuato, México with an identification key to the species in the genus. Zootaxa, 4299 (2): 221-237.
- Kovarik, F., M. Soleglad, G. Lowe, J. Plískova y F. Stahlavsky. 2015. Observations on growth and maturation of a male Alloscorpiops wongpromi (Scorpiones: Euscorpiidae). Euscorpius, Occasional Publications in Scorpiology, 206.
- Sissom, D. 1994. Systematic studies on the genus Megacormus (Scorpiones, Chactidae, Megacorminae), with descriptions of a new species from Oaxaca, México and of the male of Megacormus segmentatus Pocock. Insecta Mundi, 8 (3-4): 265-271.
- Stahnke, H. L. 1970. Scorpion nomenclature and mensuration. Entomological News, 81: 297-316.
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Editor: Ricardo Paredes.