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CON LA DELICADEZA DE UN GUERRERO: EL SEXO ENTRE LOS SOLÍFUGOS

Resulta interesante observar que los organismos a los que se les considera solitarios e incluso agresivos, como los arácnidos, presenten conductas donde hay contacto estrecho como en los periodos de reproducción y cuidado de crías.

Entre los animales encontramos diversas maneras de reproducirse sexualmente, por ejemplo la mayoría de los organismos acuáticos presentan fecundación externa, donde ambos sexos liberan al medio las células reproductoras (o gametos) -invertebrados como medusas y moluscos o vertebrados como algunos peces y ranas-. También, están aquellos con fecundación interna, ya sea de manera directa utilizando órganos copuladores que llevan los gametos masculinos (o espermatozoides) hasta el aparato reproductor femenino -como en los mamíferos-, o bien de manera indirecta donde el esperma es depositado en contenedores para después transferirlo a la hembra, como sucede en algunas salamandras y muchos invertebrados.

En los arácnidos encontramos mecanismos de fecundación interna tanto directa, con la introducción de órganos como los penes de los opiliones y algunos ácaros, así como fecundación interna indirecta a través de estructuras modificadas para la transferencia del esperma como son los pedipalpos de las arañas o los espermatóforos que suelen ser depositados en el sustrato, tal como hacen escorpiones, amblipígidos y solífugos. El comportamiento sexual de éstos últimos arácnidos es el tema principal de esta Arac’nota.

Las más de mil especies de solífugos son de hábitos solitarios, con una apariencia poco amigable y que se corrobora por la conducta agresiva que presentan (Fig. 1). Se tiene la idea errónea de que son venenosos, cuando en realidad es solo con la fuerza de su aparato bucal con lo que se defienden e incluso logran vencer a oponentes tan bien armados como los escorpiones. Se considera que sólo pueden convivir tranquilamente con otros individuos de su misma especie durante las primeras etapas de su vida y en la edad adulta únicamente al momento del apareamiento, de otra manera incluso hasta la pareja más atractiva puede ser una merienda apetitosa. En este sentido, cuando una pareja potencial se encuentra, el macho realiza una serie de golpeteos con las patas y pedipalpos en el cuerpo de la hembra a manera de cortejo y si la hembra es receptiva a ese macho, ésta permitirá que se acerque hasta el opérculo genital. Una vez posicionado, el macho inicia una conducta que de primera instancia parece invasiva: se sujeta a la zona genital de la hembra con los quelíceros y comienza a realizar una serie de mordiscos. Posteriormente comienza la etapa de transferencia espermática en la que el espermatóforo es tomado por el macho desde su abertura genital por medio del aparato bucal (quelíceros) o bien es depositado directamente sobre el opérculo de la hembra. Una vez que el espermatóforo ha sido colocado en el opérculo genital de la hembra, es introducido con los quelíceros del macho y éste puede realizar otra serie de mordiscos exprimiendo así el espermatóforo dentro del tracto genital de la hembra. Una vez terminada la transferencia espermática, se separan y pueden salir corriendo.




Figura 1. Eremobates sp. Imagenes (GIF) cortesía de Diego Barrales Alcalá.

Durante mucho tiempo esta conducta de mordiscos se ha considerado como una estrategia del macho para forzar el apareamiento con la hembra (coerción). Esta hipótesis se vio reforzada por un estudio realizado por Peretti y Willemart (2006) con la especie sudamericana Oltacola chacoensis (Solifugae: Ammotrechidae). A través de observaciones meticulosas de las videograbaciones de los apareamientos, fue posible el análisis detallado de la interacción sexual de estos organismos, encontrando la siguiente evidencia de coerción sexual: 1) la presencia de lesiones en el cuerpo de la hembra debido a perforación de unas espinas de los pedipalpos del macho (Fig. 2) y 2), los sitios de sujeción de los quelíceros (Fig. 3). A su vez, la evidencia conductual sugiere fuertemente que estos mordiscos también tienen una función de convencimiento (cortejo) por parte del macho y cooperación por parte de la hembra durante el apareamiento. Se concluye entonces que estas conductas, coerción sexual y cortejo, no son mutuamente excluyentes pero aún hay mucho por explorar.

¿Qué se necesita? gusto por la observación… y muuucha paciencia ¿te animas? Mientras tanto, te invitamos a ver el siguiente video con más detalles de este comportamiento: https://www.youtube.com/watch?v=p80DWXcxxhs


Figura 2. Lesión cuticular en la región ventral de la hembra provocada por la sujeción con los pedipalpos del macho. Fotografía tomada y modificada de Peretti y Willemart (2006).


Figura 3. Opérculo genital de la hembra mostrando los sitios de sujeción de los quelíceros del macho durante el apareamiento. Fotografía tomada y modificada de Peretti y Willemart (2006)

Las fuentes para profundizar…

- Beccaloni, J. 2009. Arachnids. University of California Press, Los Angeles, USA. 320 p.

- Peretti, A. y R.H. Willemart. 2006. Sexual coercion does not exclude luring behavior in the climbing camel-spider Oltacola chacoensis (Arachnida, Solifugae, Ammotrechidae). Journal of Ethology, 25: 29-39.


©Arácnidos

Editor: Ricardo Paredes

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