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Las enigmáticas Arañas Camello

El Orden Solifugae, mejor conocidos como solífugos o “arañas camello”, que no son arañas y mucho menos están relacionados con los camellos, es un orden de arácnidos muy interesante pero poco estudiado. Solifugae cuenta con alrededor de 1,100 especies descritas a nivel mundial (Cushing & Brookhart, 2016), de éstas, 88 especies de siete géneros se distribuyen en México (Montiel-Parra comunicación personal; Ballesteros & Francke, 2008).

Son animales nocturnos que destacan de entre los artrópodos por ser depredadores voraces, notablemente agresivos (Figura 1). Suelen vivir en hábitats desérticos o muy secos, aunque existen algunas especies que viven en ambientes húmedos (Savary, 1977). En el día podemos encontrarlos debajo de piedras, troncos o cortezas de árboles, mientras que en la noche podríamos hallarlos deambulando por algún sendero. Pero, ¿qué hace tan interesante a estos arácnidos?

Figura 1. Eremocheles bilibatus devorando un grillo, fotografía tomada de flickr, por “Hamus” (https://www.flickr.com/photos/hamus_reptiler/14363369501).

Bueno, la respuesta se basa en que son arácnidos de aspecto realmente extraño y hasta terrorífico, parecieran criaturas sacadas de algún bestiario de animales fantásticos. Al igual que en otros arácnidos, su cuerpo se encuentra dividido en dos regiones (prosoma y opistosoma), pero a diferencia del resto de los órdenes, está cubierto por placas esclerosadas y por un gran número de sedas, muchas de ellas mecanoreceptoras. En la región delantera (prosoma), la placa denominada propeltidio lleva en la parte central un tubérculo donde se encuentra un par de ojos (Figura 2). Sin embargo, los grandes y fuertes quelíceros en forma de pinza (Figuras 3 y 4) son sin duda la parte del cuerpo que más resalta y la que le da ese aspecto aterrador a estos animales. Los sexos se diferencian en la talla, las hembras pueden llegar a medir hasta 10 cm de largo y suelen ser más grandes que los machos, mientras que solo estos últimos tienen un flagelo asociado a los quelíceros (Ballesteros, 2006).

Figura 2. B Propeltidio de E. bonito, tomado de Cushing & Bookhart, 2016.

Son todas estas características tanto morfológicas como ecológicas, biológicas, evolutivas y conductuales, lo que convierte a los solífugos en un grupo de estudio sumamente interesante. Sin embargo, debido a la complejidad para reconocer especies, así como la dificultad para recolectarlos, muy pocos aracnólogos en el mundo los estudian o los han trabajado. Los principales esfuerzos de estudio han estado enfocados en generar información acerca de la filogenia, taxonomía, biología e historia natural del grupo (Brookhart & Cushing, 2004).

Figura 3-4. (3, izquierda) Prosoma de Eremobates sp. En vista lateral, fotografía tomada de Photo.net, autor Igor Siwanowicz (https://www.photo.net/1783374#//Sort-Newest/All-Categories/All-Time/Page-1). (4, derecha) Quelìceros de E. minamoritaana, tomado de Cushing & Brookhart, 2016

Desafortunadamente en México, el estado del conocimiento de estos arácnidos es aún precario, siendo el estudio más reciente sobre fauna mexicana de solífugos el realizado en 2016 por investigadores estadounidenses, cuyos ejemplares tipo se encuentran depositados en la Colección Nacional de Arácnidos (CNAN) del Instituto de Biología de la UNAM. En dicha publicación, se describen ocho especies del género Eremobates Banks 1900 (E. axacoa, E. bonito, E. cyranoi, E. hidalgoana, E. jaliscoana, E. minamoritaana, E. zacatecana y E. zapal) provenientes de diferentes estados de la República, desde Baja California hasta Oaxaca. Los autores resaltan la gran riqueza de especies en México y como ejemplo mencionan que tan solo el desierto de Chihuahua es una zona “inexplorada” y prometedora que resguarda una gran cantidad de nuevos solífugos por describir (Cushing & Brookhart, 2016). Es por ello que para poder resolver el enigmático caso de los solífugos mexicanos se requiere de la colaboración de las distintas colecciones regionales y extranjeras que resguarden material del orden, pero más importante aún, se necesita que las nuevas generaciones de aracnólogos mexicanos se decidan a trabajar con el grupo y de entre ellos puedan surgir los futuros expertos en este orden.

Referencias

  • Ballesteros, J.A. & Francke, O.F. (2008) A new species of sun-spider from sand dunes in Coahuila, Mexico (Arachnida: Solifugae: Eremobatidae). Zootaxa, 1665, 61–68.

  • Brookhart, J.O. & Cushing, P.E. (2004) The systematics of the Eremobates scaber species-group (Solifugae, Eremobatidae). Journal of Arachnology, 32, 284–312. http://dx.doi.org/10.1636/H03-12

  • Brookhart, J.O. & Cushing, P. E. (2016) Nine species of the Eremobates scaber species group of the North American camel spider genus (Soligugae, Eremobatidae). Zootaxa, 4178 (4), 503­–520. http://doi.org/10.11646/zootaxa.4178.4.3

  • Savory, T. (1977) The order Solifugae. In: Savory, T. Arachnida. Academic Press, New York, USA, pp. 233–246.

  • Ballesteros, J. A. (2006) Catalogo de Amblypigidos, Uropigidos y Solifugos (Arachnida) de la Colección Nacional de Arácnidos (CNAN). Tesis de licenciatura, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, Instituto Politécnico Nacional, CDMX, México, 100 pp.


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